Antes de seguir adelante:
Cualquier momento es bueno para plantearse, en el ámbito de mundo
de la carretera, si es preciso remover algún obstáculo que en nuestro camino
pusieron las prisas, comodidades o rutinas, para rejuvenecer la filosofía de la
optimización del esfuerzo y los recursos al servicio de la carretera.
Necesitamos una
permanente actualización que haga de cada actuación sobre una carretera, además
de un hecho rentable, un laboratorio donde las experiencias, las teorías y la
solidaridad se fundan para dar un salto de gigante en nuestras metodologías y
formas de hacer, provocando así que la
innovación se abra paso a lo largo de nuestros caminos.
Entre los elementos que integran los diferentes aspectos del
mantenimiento, los firmes son, tal vez, los que requieren una atención más
sistemática y cuidadosa por los inmediatos efectos que su deterioro produce
sobre el confort y la imagen de la vía, además de las importantes asignaciones
económicas que son precisas para poner remedio cuando el mal alcanza
proporciones inadecuadas.
El problema es precisamente ¿Qué son “proporciones
inadecuadas”?, ¿Como establecer un plan de control y mantenimiento (gestión en
definitiva) siendo prudente y realista?, ¿Como asignar recursos con la máxima
garantía de aplicarlos adecuadamente?, en definitiva: ¿Cómo definir una eficaz
política de mantenimiento y conservación, a la medida de la vía que gestionamos
y con los fondos de que disponemos?
A lo largo de las últimas décadas se ha hablado mucho sobre la
gestión, la auscultación, los métodos y modelos de cálculo; las Normativas han
avanzado sin duda, pero a mi juicio no se ha profundizado en el tema de los
firmes lo suficiente como para innovar sobre su comportamiento real y las
causas del mismo.
Durante los muchos años al servicio de una importante
Autopista de Peaje con diversos tipos de firmes, y unos cuantos años más ejerciendo como profesional libre, he
procurado aprovechar las experiencias y generalizar en la medida de lo posible
aquellos comportamientos comunes, tratando de agruparlos, adoptar soluciones de
regeneración y refuerzo comparando los estados anterior y posterior, estudiando
éxitos y fracasos mediante ensayos que condujeran a comprender porqué un firme
puede deteriorarse sin que aparentemente hayan concurrido las circunstancias
que contemplaba la
Instrucción o los supuestos de las clásicas formulaciones
matemáticas.
Es preciso conocer el comportamiento real del firme a partir
de su puesta en servicio y definir los indicadores necesarios para su control
útil y sistemático. La programación de esta cuestión implica una metodología y
un conocimiento continuo, siendo ridículo el coste necesario frente al
beneficio que reportará a la
Administración de la vía y al usuario.
En la explicación transmitida a lo largo de la 35
presentaciones expuestas hasta la fecha en el presente blog, se reduce al mínimo posible, una panorámica
de algunas experiencias útiles para ese
conocimiento. Lo que se expone aquí y lo mucho que no se dice por razones
evidentes, tienen una
"trastienda" de estudios y experiencias profesionales
tendentes a desentrañar el comportamiento real de los firmes de carreteras.
Soy absolutamente consciente de lo mucho que queda por hacer.
A estas alturas de la vida, que profesionalmente ha girado y peregrinado por
estos mundos de la carretera, sinceramente
solo aspiro a colocar un granito
de arena en la ingente labor del progreso y la innovación.
En mis próximas presentaciones, trataré de una aplicación
informática que recoge los elementos básicos del comportamiento inelástico de los
firmes para evaluarlos, emitir un diagnóstico,
calcular soluciones de rehabilitación y proyectar la inversión necesaria allí donde
realmente lo sea, con evaluación del riesgo en caso de no realizarse, y,
consecuentemente, aportar al gestor de la vía, una herramienta para la gestión de recursos.
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